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10 monumentos emblemáticos de Barcelona

Estatua de Colón en Barcelona

Más allá de los edificios que acaparan cualquier mirada como la Sagrada Família, la Casa Batlló o La Pedrera, sus calles ordenadas del Eixample o sus farmacias modernistas, Barcelona está llena de monumentos que la convierten en una ciudad singular y digna de visitar. Estos son algunos de los más emblemáticos.

1. El Mamut

El mamut del Parc de la ciutadella es uno de los 10 monumentos emblemáticos de Barcelona

El Mamut es uno de los monumentos de Barcelona más queridos por los más pequeños. Escondido en un rincón del Parc de la Ciutadella -donde se encuentra el Zoo de Barcelona- este mamut de tamaño real fue iniciativa del geólogo Norbert Font i Saqué en 1907. De hecho, la intención era decorar el parque con figuras de animales extinguidas hechas de hormigón. Sin embargo, al morir Font i Saqué, el proyecto se desestimó. El mamut fue construido según una maqueta del escultor Miquel Dalmau.

2. La Coqueta

La Coqueta es uno de los 10 monumentos emblemáticos de Barcelona

El Mamut no es el único “animal” de la ciudad. De hecho, en Barcelona se pueden encontrar muchísimos monumentos de animales. Y uno de ellos es la Coqueta o, como la llaman cariñosamente los barceloneses, la “Jirafa presumida”. 

En los años 70, la Associació d’Amics de La Rambla quiso embellecer esta calle decorándola con 10 estatuas, una en cada esquina. Empezaron con dos estatuas de animales en actitudes humanizadas, en los extremos de la Rambla de Catalunya: una jirafa en Diagonal y un toro en la Gran Via.

Obra de Josep Granyer, la Coqueta se inspira en la escultura Venus Victrix de Antonio Canova donde Paulina Bonaparte posó como la diosa romana. En cambio, con la figura del toro en la Gran Via, llamado » Meditació», o el “Toro pensante”, Granyer quiso evocar a El pensador, de Rodin.

3. L’Empordà

L'Empordà en els Jardinets de Gràcia son dos mujeres reposando tranquilamente

No muy lejos de la Coqueta se encuentra l’Empordà, una escultura situada en els Jardinets de Gràcia. El monumento, dedicado al poeta catalán Joan Maragall, se inauguró con motivo del cincuenta aniversario de su muerte. 

Sin embargo, la escultura, obra de Ernest Maragall (hijo del poeta) no gustó al público moralista de la burguesía y lo trasladaron al parque Cervantes. Dos mujeres estiradas, una desnuda y la otra con ropa muy fina, fue demasiado para la época. 

Eso sí, cuando Pasqual Maragall se convirtió en alcalde, volvió a colocar l’Empordà en els Jardinets en honor a su abuelo y a su tío.

4. La deessa o el Enigma

La deessa es uno de los 10 monumentos emblemáticos de Barcelona

La Deessa o el Enigma es otro monumento que no escapó de las críticas de los sectores más conservadores y moralistas de la ciudad. Y es que aunque en 1928 no existía Instagram -que a día de hoy aún censura los pezones femeninos-, cuando se inauguró esta preciosa escultura de mármol blanco de Josep Clarà en la Plaza Catalunya, solo tardó tres días en ser retirada.

Aun así, fue reinstalada un año más tarde, un día antes de la inauguración de la Exposición Universal de 1929 y tuvo una gran acogida por parte del gran público.

La escultura, de líneas simples y depuradas, refleja el canon de belleza mediterránea de Clarà. Desde 1982 la escultura que hay en la Plaza es una copia, la original se encuentra en el vestíbulo de la Casa de la Ciutat de Barcelona, ya que la polución y los excrementos de las palomas la deterioraban demasiado. La copia es obra de Richard Sala.

5. Gambrinus o la Gamba de Mariscal

El Gambrinus o Gamba de Mariscal es uno de los 10 monumentos emblemáticos de Barcelona

No hay nada gastronómicamente más mediterráneo que una paella. Y en los chiringuitos cerca de la playa o del Port Vell acostumbra a ser el plato estrella. Y si es una paella de marisco con gambas, mejor. 

Eso es lo que debió pensar el propietario del restaurante Gambrinus cuando inauguró su local. Obra del arquitecto Alfredo Arribas, este le pidió a su amigo Xavier Mariscal una escultura emblemática para el techo del local (el ayuntamiento había prohibido carteles publicitarios). El resultado fue una gamba con pinzas de langosta de 15 metros cornonando el restaurante. Mariscal imaginó al crustáceo y junto con el fallero Manuel Marín la gamba se convirtió en realidad.

Hoy ni los barceloneses ni los turista pueden ir a comer una paella ni cualquier otro plato, puesto que el restaurante desapareció en 1998. Pero Mariscal cedió a la ciudad el Gambrinus, que contento descansa en el Paseo Colón.

6. Cabeza de Barcelona

Cabeza de Barcelona, uno de los monumentos más emblemáticos de Barcelona

La gamba de Mariscal no es el único monumento que se inauguró con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. El consistorio liderado por Pascual Maragall encargó al artista norteamericano Roy Lichtenstein una escultura de 14 metros de altura, Barcelona Head o Cabeza de Barcelona. La obra la llevó a cabo el escultor Diego Delgado y sus líneas y colores llamativos se inspiran en el Pop Art. La maqueta se encuentra en el MACBA.

7. Mistos

Els Mistos son cerillas gigantes y los encontrarás en el distrito de Vall D'Hebron

Paseando por la Vall d’Hebron es imposible no tropezar con unas cerillas gigantes situadas frente al Pabellón de la República. «Els Mistos» es obra de Claes Oldenburg y Coosje Van Bruggen, unas “cerillas” surgen desordenadamente de una caja y alcanzan los 22 metros de altura. 

La escultura, de metal policromado y cemento, se construyó en 1992 para decorar la que fue zona olímpica de la Vall d’Hebrón durante los Juegos de Barcelona. En esta zona se encontraba el Village de los jueces y árbitros de los Juegos. La estética pop que recuerda a la de Liechtenstein dotó de gran dinamismo y color al barrio.

8. Monumento a Colón

El Monumento de Cristóbal Colon se encuentra al principio de las Ramblas

Querido por unos y odiado por otros. Sobre todo, en los últimos años. Y aun así, el monumento dedicado al conquistador es uno de los mayores embajadores de Barcelona. No hay skyline de la ciudad que evite su presencia.

En la plaza Portal de la Pau, al inicio de las Ramblas y tocando al mar, se alza esta columna de 80 metros de altura coronada por el genovés con el brazo extendido y el dedo índice señalando hacia el mar (y no a América). Obra del arquitecto Gaietà Buigas y del escultor Rafel Atché, Colón se inauguró en 1888. Con motivo de su restauración en 1982 los barceloneses pudieron verle la cara gracias al fotógrafo Pepe Encinas. Cabe destacar que este monumento es un mirador al que se accede por un ascensor.

9. Rafael de Casanova

Rafael de Casanova es uno de los 10 monumentos emblemáticos de Barcelona. Foto de Pepe Encinas

Es el monumento de Barcelona más cargado de simbología -sobre todo política-. Inaugurado en 1888 junto con 7 estatuas más que flanqueaban el Saló de San Joan (hoy Paseo Lluís Companys), en 1911 se le hizo la primera ofrenda floral con motivo de la Diada de Catalunya.

Este homenaje se fue repitiendo y en 1914 el monumento se colocó en la esquina de la calle Alí Bey con Ronda Sant Pere, donde se ubicaba la desaparecida muralla de Barcelona y donde cayó herido Rafael de Casanova. Al finalizar la Guerra Civil, las autoridades franquistas desmantelaron este y otros muchos monumentos. Con la llegada de la democracia, la estatua dedicada a Rafael de Casanova y obra de Rossend Nobas fue restaurada y reinaugurada el 11 de septiembre, donde se manifestaron un millón de personas para conmemorar la Diada.

10. La República

La República es uno de los 10 monumentos emblemáticos de Barcelona

Después de conocer la historia de Rafael de Casanova nos fijamos en la de La República. Obra del escultor Josep Viladomat está dedicada a Francesc Pi i Margall, presidente de la I República española. El monumento era un obelisco coronado por una estatua de bronce, la Flama, una mujer que simboliza la república y que se inauguró en la plaza de la Llibertat, en Diagonal con Paseo de Gracia en 1935.

Al finalizar la guerra, las autoridades franquistas reemplazaron la República por un águila encima del obelisco. A los pies, se encontraba la estatua de la Victoria, de Frederic Marès.

Los arquitectos Adolf Florensa y Joaquim Vilaseca lograron esconder a la República y durante toda la dictadura se la dio por desaparecida. Sin embargo, en los años 80 dos periodistas la encontraron escondida en unos almacenes municipales de la calle Wellington.  

No pudieron devolverla a su antiguo lugar, puesto que la plaza de la Libertad era la nueva Plaza de Juan Carlos I. Hoy la República preside la plaza de Llucmajor, entre el Passeig Valldaura, Verdum i la Via Júlia, uno de los centros neurálgicos del distrito de Nou Barris. Y la plaza dedicada al rey emérito hoy se llama Cinc d’Oros.

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