La Diada de Sant Jordi es uno de los días favoritos de los barceloneses. Las calles se llenan de cultura y libros y se perfuman del aroma de las rosas. Después de un par de ediciones más restrictivas a causa del coronavirus, este año Barcelona volverá a ser un hormiguero de gente que sale a la calle en busca de libros, rosas y sobre todo, buen ambiente.
La leyenda de Sant Jordi
Sobre Sant Jordi y el dragón, la leyenda cuenta que una bestia tenía sometida a la población de Montblanc. Cada día, la gente del pueblo sacrificaba al ganado para saciar el hambre del dragón. Pero poco a poco los animales empezaron a escasear y los vecinos sorteaban quién sería la víctima (una doncella) de la bestia. Pero un día, le tocó a la princesa. Esta aceptó su destino y fue al lugar indicado para satisfacer al dragón. De repente, un joven caballero apareció por ahí y le preguntó qué ocurría. Al conocer la tragedia que vivía Montblanc se ofreció a matar a la bestia. Empuñó su lanza y mató al dragón. De la sangre del monstruo brotó un rosal que la princesa ofreció a Sant Jordi, hoy patrón de Catalunya.
La rosa y los libros
Además, el 23 de abril de 1995 la UNESCO instauró el Día Mundial del Libro, día en que murió William Shakespeare, en 1616. Un día antes, también moría Miguel de Cervantes.
Así pues, a lo largo del día de Sant Jordi no solo se regalan rosas sino también libros, una bonita manera de conmemorar una de las tradiciones más arraigadas dentro de la cultura catalana.
Una ruta por Barcelona
De hecho, por Barcelona puedes encontrar diversos Sant Jordis y dragones, muchas veces camuflados, que solo los más avispados y curiosos han descubierto. En ocasiones, solo está el héroe, en otras, solo el monstruo. Te animamos a que los descubras:
Casa Batlló
Si hay algún edificio que capte todas las miradas durante la Diada de Sant Jordi es la Casa Batlló, una de las obras más representativas del modernismo y de Antoni Gaudí, en Passeig de Gracia. Si te fijas atentamente, en la fachada podrás encontrar la espada de Sant Jordi (la torre de la que sobresale una cruz de cuatro brazos), las escamas y la cara del dragón (el tejado) y el balcón de la princesa. Es decir, podrás descubrir toda la leyenda a simple vista. Además, durante la Diada los balcones de la Casa Batlló se cubren de rosas gigantes. Un espectáculo que no te puedes perder.
Casa Amatller
Justo al lado de la casa Batlló encontrarás la Casa Amatller. Obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch en la fachada verás a Sant Jordi luchando contra el dragón. Una escultura realizada por Eusebi Arnau.
Palacio del Barón de Quadras
En la avenida Diagonal podréis admirar otra obra modernista de Josep Puig i Cadafalch, El palacio del barón De Quadras (Diagonal, 373. El arquitecto reformó el edificio y contó con la colaboración de escultores como Eusebi Arnau. Suya es también la imagen de Sant Jordi en una de las esquina de la fachada, en la que el patrón de Cataluña, de pie, lanza en mano, detiene al dragón. Hoy es la actual sede del Institut Ramon Llull.
Casa de les Punxes
Y es que a Puig i Cadafalch le debía gustar mucho Sant Jordi ya que en la Casa Terrades, más conocida como la Casa de les Punxes (Av. Diagonal, 420), también puedes encontrar al héroe catalán. En la fachada que da a la calle Rosselló, hay un mosaico de un Sant Jordi más reivindicativo en el que se puede leer: «Sant patró de Catalunya, torneu-nos la llibertat».
Casa Serra
En Rambla Catalunya 126 os encontraréis un edificio muy singular. De hecho es la fusión de dos edificios que siempre ha causado división entre los barceloneses. Uno de los edificio en la Casa Serra, también de Puig i Cadafalch, y detrás se alza otro más moderno y de cristal obra de Antonio Milà i Federico Correo. Por la parte que da a la avenida Diagonal, un Sant Jordi, obra de Joan Rebull, custodia la Diputació de Barcelona.
Palau de la Generalitat
En el centro de la ciudad, en la Plaça Sant Jaume, se encuentran frente a frente el Ayuntamiento de Barcelona i el Palau de la Generalitat. En este último, existen diversos Sant Jordi, pero no todos se pueden ver y admirar, como por ejemplo el que hay en el Pati dels Tarongers. Sin embargo, en la fachada principal, en la misma plaza Sant Jaume, podemos vislumbrar a un Sant Jordi sobre su caballo. La fachada, que fue ampliada por Pere Blai entre 1596 y 1602 se inspiró en los palacios romanos. Sin embargo, esta escultura es obra de Andreu Aleu, a mediados del siglo XIX, y se ubicó en su emplazamiento actual en 1872.
Ayuntamiento de Barcelona
Al otro lado de la Plaça Sant Jaume, en el vestíbulo del ayuntamiento, encontraréis a otro caballero. Josep Llimona regaló esta estatua de Sant Jordi al consistorio barcelonés que la instaló en el vestíbulo en 1929. La escultura es de 1916, y representa a un caballero joven relajado apoyado en una espada, siguiendo la estética del Noucentisme.
El Sant Jordi más antiguo
Paseando por una de las calles más bonitas del barrio Gótico, la calle del Bisbe, podréis descubrir una de las esculturas más antiguas del santo. Como os hemos comentado anteriormente, en el Palau de la Generalitat hay diversos Sant Jordis. Este está en la fachada gótica de la calle del Bisbe y muchos lo llaman el Sant Jordi astronauta por el casco que lleva. Se trata de una obra del escultor Pere Joan en el siglo XV, entre los años 1414 y 1418.
Claustro de la Catedral de Barcelona
Este Sant Jordi de bronce es obra de Emili Colom, de 1970. Sin embargo, un Sant Jordi más antiguo (de 1449, obra de Antoni Claperós y su hijo Juan) se encuentra en el techo de ese mismo lugar, sobre la figura del patrón.
Ahora que hemos descubierto algunos Sant Jordis, vamos a la caza del dragón.
La casa de Bruno Quadros
Paseando por las Ramblas es imposible no detenerse delante de este edificio tan exótico, concretamente en el número 82. Conocida popularmente como la casa de los paraguas, este edificio fue reformado en 1885 por Josep Vilaseca con elementos orientales, como el dragón chino que cuelga en una esquina. No es la bestia que mató Sant Jordi pero es uno de los dragones más queridos por los barceloneses.
La puerta del dragón
Un dragón gaudiniano custodia la finca que se erige en la avenida Pedralbes número 15. Propiedad de la familia Güell, esta propiedad tiene una puerta muy singular conocida com El Drac de Pedralbes. Obra de Antoni Gaudí se considera una obra maestra que se anticipó a lo que después sería el Art Noveau. El dragón es de hierro forjado, tiene cinco metros, alas de murciélago y el cuerpo lleno de escamas. Con la boca abierta enseña una lengua larga y unos dientes afilados.
Cuando la familia Güell compró la finca Can Cuyàs de la Riera, Gaudí construyó un conjunto de pabellones. Más tarde, los Güell cedieron parte de sus terrenos para la construcción del Palacio Real de Pedralbes. Actualmente, uno de ellos es la sede de la Cátedra Gaudí.
El dragón más famoso de Barcelona
El inconfundible, el más internacional y el más visitado. Nos referimos al dragón del Parc Güell (que en realidad es una salamandra). En la entrada principal al recinto por la calle Olot se encuentra la famosa escalera partida en dos por un juego de agua donde reina un dragón multicolor, icono barcelonés y seguramente, el dragón más instagrameable de todos.
Un dragón colosal
Aunque no os lo creáis, muchos barceloneses desconocen que viven junto a un dragón de más de 30 metros de largo y 12 de alto. Y es que en el Parc de l’Espanya Industrial, en Sants, nos encontramos con este dragón obra del escultor vasco Andrés Nagel y que se instaló a finales de los años 80. Pero a diferencia del dragón de la leyenda de Sant Jordi, esta bestia hace las delicias de los más pequeños, ya que es un tobogán enorme. Si os subís a las escaleras tendréis una perspectiva excelente, con las torres de luz que han dado una personalidad única a este parque.
Más dragones y más Sant Jordis
Como veis, el patrón de Catalunya está presente no solo el día 23 de abril sino en la arquitectura barcelonesa (y de toda Catalunya), la escultura, en la gastronomía (probad el «Pa de Sant Jordi»)… En cualquier expresión artística, a Sant Jordi siempre se le rinde homenaje. Y aunque aún quedan muchos héroes y bestias por descubrir en Barcelona (como una lucha entre el santo y la bestia en els 4 Gats), lo haremos la próxima Diada.
Y vosotros, ¿conocéis algún Sant Jordi escondido por Barcelona?